Introducción a la historia de los cohetes
La tecnología tiene un papel esencial en nuestra vida cotidiana. Afecta dónde vivimos, cómo trabajamos y cómo interactuamos unos con otros. Ayudar a comprender cómo conviven tecnología y sociedad, y cómo la tecnología se ha convertido en una cuestión vital para nuestras vidas es un asunto que a todos nos atrae. Cuando hablamos de la ciencia de los cohetes y de las naves espaciales nos imaginamos algo realmente complicado y relacionado con la más alta tecnología. La historia de los cohetes se remonta hace unos 2000 años, cuando empezó la experimentación y primeros descubrimientos y gracias a ello hoy en día hay lanzamientos todas las semanas.
Basados en la experiencia de milenios, los cohetes actuales lograron ampliar la presencia humana hasta el espacio y en un futuro quizás puedan llegar a otros planetas. La historia del desarrollo de la carrera espacial está plagada de anécdotas y curiosidades, desde Grecia hasta China, en Europa o en América. En sus inicios el uso de los cohetes estuvo encaminado a hostigar enemigos en grandes batallas, pero con el tiempo, su desarrollo conceptual se diversificó, se usaron tanto como misiles estratégicos de largo alcance o como vehículos para llevar cargas útiles al espacio, su uso a través de décadas ha transformado nuestro mundo tanto en el campo de la ciencia, de la política o de la economía.
¿Pero, qué es un cohete?
Un cohete no es más que un proyectil que carga su propio suministro de combustible y el motor o los motores que le dan impulso. Los cohetes pueden ser utilizados para uso militar, para uso civil o ambos a la vez. La palabra misil que por siglos fue sinónimo de proyectil, ahora hace referencia a un proyectil independiente con algún tipo de sistema de guiado, generalmente impulsados por la energía de sus propios motores. El termino vehículo de lanzamiento espacial hace referencia a cohetes usados para levantar satélites y naves espaciales hasta una órbita terrestre o mas allá. En los inicios de la carrera espacial la mayor parte de los vehículos de lanzamientos (cohetes), fueron misiles militares adaptados para llevar satélites hasta una órbita terrestre.
La carga útil de un cohete puede ser un satélite militar, científico, de comunicaciones, etc. o una nave espacial con o sin tripulación humana, esta nave espacial generalmente tiene la posibilidad de operar fuera de la atmósfera terrestre por un periodo de tiempo que depende de los suministros de oxígeno, comida o energía que lleve consigo (si lleva tripulación) o que les sean enviadas por naves de carga que puedan acoplar con ella. Esta nave puede dejar la Tierra con el empuje de sus propios motores como los transbordadores espaciales o ser llevada al espacio por un vehículo de lanzamiento de varias etapas.
La historia de los cohetes grandes actuales comenzó en la antigua Grecia, donde un astrónomo griego llamado Arquitas de Tarento que vivió entre el 430 aC. y el 360 aC. inventó una especie de mecanismo articulado con alas, con el que, aunque sin éxito, intentó volar.
El principio fundamental por el que se mueven los cohetes, es la propulsión. Resulta que un ingeniero y matemático griego, llamado Herón de Alejandría en el siglo I de nuestra era, creó un instrumento llamado “eolípila”. Era una máquina que consistía en una esfera hueca de metal a la que se le adaptaban dos tubos curvos. El interior de la esfera estaba repleto con agua, la que se hacía hervir provocando que por los tubos saliera el vapor. Éste hacía girar la esfera muy rápidamente en sentido contrario a los chorros de vapor. Sin saberlo había experimentado el principio por el que se mueven los cohetes. Además de su magnífico experimento se cuenta que Herón escribió el primer libro de robótica de la historia, titulado “Los autómatas”.
Los primeros usos de los cohetes
Por otro lado, también comenzaba a usarse la pólvora y aunque el origen de esta no está del todo claro, los chinos ya la conocían en una forma muy rudimentaria. Compuesta por salitre, azufre, y carbón vegetal, con ella desarrollaban pintorescos fuegos artificiales. Utilizando tubos de bambú cerrados al final con tiras de cuero, ponían pólvora bien apretada a la que hacían encender mediante golpes o chispas, dando como resultado que la pólvora se encendiera. El empujón de esta hacia volar los trozos de bambú dando lugar al nacimiento de los cohetes. Algunos de estos antiguos cohetes chinos estaban emplazados en fortalezas militares como la Gran Muralla China, y eran empleaban por soldados chinos de élite.
Se cuenta que antes del año 1232, estos primitivos cohetes fueron fijados a flechas por los ejércitos chinos para repeler el ataque de las tropas mongolas que los asediaban. Las tropas mongolas lideradas por Genghis Khan, al conocer este nuevo invento, comenzaron también a producir sus propios cohetes disparados por grandes flechas. Se piensa que los mongoles fueron realmente los responsables de su divulgación fuera de Asia y a través de toda Europa entre los siglos XIII y XV, aportando así su granito de arena en la historia de los cohetes.
Según una leyenda china, Wan Hu un funcionario que vivió a mediados de la dinastía Ming cerca del año 1500, una noche soñó con un vuelo espacial. Mandó a construir una silla a la cual fijo 47 cohetes de pólvora en su base, otras versiones cuentan que también le puso alas a la silla. El día del lanzamiento 47 ayudantes encendieron los 47 cohetes simultáneamente, seguidamente una intensa explosión se escuchó a cientos de metros. Cuando el humo se dispersó, Wan Hu había desaparecido. Algunos testigos del hecho sugirieron que Wan Hu había caído en la Luna, sin considerar el final verdadero que usted se imagina. Al menos Wan Hu tenía la idea correcta del uso de cohetes para viajar al espacio.
Principios científicos que rigen la cohetería
Siglos después en Europa el polaco Kazimierz Siemienowicz en su libro «El arte completo de la artillería», proveía los diseños estándares para fabricar cohetes, bolas de fuego y otros dispositivos de pirotecnia. El texto contenía un largo capítulo sobre calibración, construcción, producción y propiedades de los cohetes, tanto para usos militares como civiles, incluyendo cohetes de múltiples etapas.
En Inglaterra un monje de la orden franciscana, llamado Roger Bacon realizó numerosos trabajos para mejorar la composición de la pólvora, esta pólvora mejorada ayudó perfeccionar el alcance de los incipientes cohetes. No lejos en Francia, Jean Froissart conseguía vuelos más largos y exactos lanzando cohetes a través de tubos fabricados por él. Pero el cohete cayó en desuso y no fue hasta el siglo XVI que un alemán llamado Johann Schmidlap inventó un vehículo de dos etapas que hacía levantar los fuegos artificiales a más altura, la idea era que un cohete más grande (primera etapa) impulsara un segundo cohete más pequeño (segunda etapa) para que continuara ascendiendo a más altura y expulsara los fuegos artificiales encendidos. La idea de Schmidlap es básica hoy en día para que los cohetes puedan abandonar la Tierra en dirección al espacio.
La historia de los cohetes sigue a finales del siglo XVII, cuando el famoso científico inglés Isaac Newton desarrolló los principios científicos de nuestra moderna cohetería espacial. Newton explicó científicamente como trabajaban los cohetes y como podían hacerlo a través de sus famosas Leyes del Movimiento, “Mutationem motus proportionalem esse vi motrici impressæ, & fieri secundum lineam rectam qua vis illa imprimitu”. Las tres leyes de Newton tuvieron un rápido impacto práctico sobre el diseño de los cohetes en diferentes países. En Alemania y en Rusia comenzaron a realizarse experimentos que utilizando los fundamentos de los cohetes pudieran mover vehículos y levantar grandes pesos de la superficie.
A finales del siglo XVIII las tropas coloniales británicas fueron sorprendidas y derrotadas en la batalla de Seringapatam en la India, por los hindúes, que utilizaron rudimentarios cohetes de bambú rellenos con pólvora negra similares a los usados por los mongoles; el Reino Unido pronto notó el potencial bélico de los cohetes y es así que William Congreve comenzó el desarrollo de un ingenio militar basado en la experiencia sufrida en la batalla de Seringapatam.
Congreve, el primer cohete
En 1804 ya estaba desarrollado el primer modelo de cohete Congreve. Esta arma demostró rápidamente su mortífera eficacia durante las Guerras Napoleónicas al provocar, lanzados desde la flota británica en 1807, el devastador incendio de la ciudad de Copenhague, capital de Dinamarca. Aunque se especula que el mayor efecto de estos cohetes era el psicológico, ya que las tropas atacadas por dichos cohetes primero se veían afectadas por llamaradas y luego por estampidos. Esto era particularmente grave para las tropas de caballería ya que los caballos entraban rápidamente en pánico. Casi simultáneamente, en 1806, el experto pirotécnico francés Claude Fortuné Ruggieri lograba enviar a una oveja a 200 metros de altitud en Marsella, de la que no se supo más nada.
La armada británica, utilizó este modelo de cohete con fines militares, con los que tuvieron mucho éxito, no tanto por la exactitud de estos, como por su naturaleza devastadora.
2 comentarios en “Historia de los Cohetes”
Que buen artículo!!
Y solo agregaré… pobre oveja!
Buenas Leandro,
La verdad es que sí, está interesante el contenido propuesto por Eladio. Pronto publicaremos un artículo nuevo !
Un abrazo !