Introducción
En 1927, en Alemania se fundaba «La sociedad alemana para el estudio de los cohetes». Entre sus animadores se encontraba el ya mencionado Werner Von Braun. Desde pequeño, Von Braun se enamoró de las posibilidades de la exploración espacial a través de las novelas de H. G. Wells. Antes de la llegada de Adolfo Hitler al poder, se enroló en el ejército alemán, en su deseo de desarrollar grandes cohetes. En esa época toda la actividad científica del país se encaminaba hacia fines militares con el objetivo de invadir a Europa.
El ejército alemán enseguida comprendió la importancia estratégica que tendrían los cohetes y empezó a absorber a todos los científicos que trabajaban en estos proyectos, se cuenta que llegaron a reclutar a más de 20.000 operarios especializados.
Por su meritorio desempeño, Von Braun pasó a trabajar para las SS, las Schutzstaffel, donde comenzó a dedicarse a un proyecto de cohete llamado A-2, que sería el primer cohete moderno dotado de un mecanismo de guía automática.
El primer cohete alemán
El cohete A-2 fue el primer cohete de pruebas alemán. En 1934 se daba el primer vuelo de ensayo de toda una familia de cohetes, cuyo desarrollo llevaría a la creación del famoso V-2: el primer misil balístico del mundo. Antes del A-2 los alemanes habían construido en total secreto el A-1, pero este explotó en una de sus pruebas iniciales por lo que se mantuvo el total silencio sobre su construcción.
Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, se le encargó a Von Braun el diseño de un cohete que fuera capaz de cargar explosivos para hacerlos volar hasta territorio enemigo. En un laboratorio secreto en Peenemünde, en la costa báltica alemana, el equipo de Von Braun desarrolló con éxito un cohete, que Hitler bautizaría más tarde con el nombre de Vergeltungswaffe 2, o «arma de represalia 2», y que sería el famoso cohete militar alemán V-2.
A principios de 1943, los servicios de inteligencia británicos estaban convencidos de la existencia del programa de proyectiles balísticos de largo alcance desarrollado por los alemanes. En 1944 el primer ministro británico, Winston Churchill, informó a Stalin en una carta sobre el arma secreta que los alemanes estaban desarrollando en Polonia. En dicha carta le proponía a Stalin que hiciera un esfuerzo para obtener la tecnología del cohete alemán.
El V-2 pronto se convirtió en un misil balístico, que fue empleado para atacar a Bélgica y zonas de Inglaterra. Fue el primer artefacto humano conocido que hizo un vuelo suborbital. Este tipo de vuelo llega hasta los 100 km de altura o más, pero no circunvala la Tierra en su totalidad.
La fuerza de defensa alemana, conocida como Wehrmacht, lanzó contra Londres y Amberes en Bélgica cerca 4.000 de estos cohetes. Al finalizar la guerra, los alemanes habían fabricado cerca de 10.000 de estas unidades, por lo que fue reconocido como uno de los avances más relevantes en tecnología armamentista logrados hasta ese momento.
El V-2 tenía una longitud aproximada de 14 metros y lograba viajar a 5.790 km/h. Podía alcanzar localidades a 320 km del sitio de lanzamiento, portando una ojiva convencional de 910 kg de explosivo. La sustancia explosiva que portaba se llamaba amatol, un explosivo constituido por nitrato de amonio y trinitrotolueno (TNT).
Estados Unidos se lleva a los especialistas alemanes en cohetería
En los Estados Unidos, antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ya se venían realizando esfuerzos para desarrollar la tecnología de los cohetes. Científicos del California Institute of Technology empezaron las pruebas con cohetes en Pasadena, California. Esto marcó el comienzo del actual Jet Propulsion Laboratory (JPL, por sus siglas en inglés).
En 1942 la fuerza aérea de los Estados Unidos pudo lanzar su primer cohete aire-aire, época en que los alemanes se las arreglaban ya para lanzar con éxito su primer cohete A-4.
Los Estados Unidos siempre estuvieron interesados en la capacidad técnica de los alemanes. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, un grupo de científicos estadounidenses fueron enviados a Alemania en agosto de 1945 para recolectar información y equipos relacionados con el progreso de los cohetes alemanes. Cerca de 100 misiles balísticos V-2 fueron recuperados y embarcados hacia White Sands Proving Grounds en New Mexico.
Von Braun y su equipo fueron capturados por los norteamericanos y llevados posteriormente a los Estados Unidos. La operación para extraer de Alemania a los científicos nazis se llamó «Operación Paperclip». Más de 700 científicos y sus familias fueron llevados secretamente a Estados Unidos, sin el conocimiento o aprobación del Departamento de Estado.
Numerosos documentos fueron reescritos para limpiar el nombre de diversos científicos envueltos en esa operación, a fin de posibilitar su entrada en el país e impedir que cayeran en manos de la Unión Soviética. Gran parte de las informaciones concernientes a la «Operación Paperclip» aún están clasificadas como secreto absoluto.
Algún tiempo después, los científicos alemanes recibían la ciudadanía norteamericana. Su trabajo permitía terminar en muy corto plazo el primer V-2 ensamblado completamente en los Estados Unidos. Éste fue lanzado a la atmósfera, alcanzando una altura récord de 160 km.
2 comentarios en “Historia de los Cohetes – Parte III”
Muy bueno!
Siempre me pregunté que significó para estos científicos ser capturados y reconvertidos al bando opuesto.
Hola Leandro, parece que se sentian mas seguros en Estados Unidos que en la antigua URSS, los sovieticos optaron por llevarse algunos V-2 ya terminados y muchas partes de misiles, los norteamericanos la pensaron mejor y se llevaron a los que los fabricaban, les dieron la ciudadania americana y les permitieron llevarse a su familia.